lunes, 12 de febrero de 2018

Orejas de carnaval


Como todavía estamos en pleno carnaval os voy a poner la receta de las orejas de carnaval que hacemos en mi casa de toda la vida. Me acuerdo cuando éramos pequeños y venía a nuestra casa una amiga de mi madre y entre las dos se ponían a hacer las orejas, hacían unas fuentes tremendas y teníamos orejas para varios días. Están súper ricas y para los que no sois gallegos deciros que las orejas son un postre típico del carnaval aquí, al igual que las filloas, las flores, las rosquillas, las chulas, buñuelos de calabaza, etc. En mi casa normalmente se hacían las orejas y las filloas, estas últimas además de postre en muchas casas, tambien se comían con el cocido, o sea que no es exactamente un postre. Bueno, no me lío más y voy con la receta de las orejas de mi casa. Lo de echarle azúcar a la masa es opcional, mi madre no se lo echa, pero eso es para gustos, si os apetece que estén más dulces se lo podéis añadir.

-1 kg de harina (más o menos)
-4 huevos
-3 cucharadas de azúcar (opcional)
-1 sobre de levadura de repostería
-ralladura de limón
-1/2 vaso de anís
-1/2 vaso de agua templada
-2 cucharadas de manteca de vaca (si no tienes usa mantequilla)
-1 cucharada de mantequilla
-pizca de sal
-aceite (para freír)
-azúcar glass (para decorar)

Elaboración:

Batimos los huevos con el azúcar y la pizca de sal. Si no le queréis echar azúcar hacéis lo mismo pero sin él.

Añadimos el anís y la ralladura de limón.
Calentamos el agua un poco, le añadimos la manteca y la mantequilla para que se derritan y lo echamos en la mezcla anterior. Batimos bien para que se integre todo.

En un bol ponemos la harina mezclada con la levadura previamente tamizada con un colador  y le echamos la mezcla encima.

Yo amasé un poco en la amasadora, pero si no tenéis mezcláis primero con una cuchara de madera y luego pasáis la masa a la encimera para acabar a mano. Si veis que la masa está un poco seca le podéis añadir un poco más de agua antes de pasarla a la encimera. Yo le tuve que añadir un poco más.

Pasamos la masa a la encimera bien limpia y seguimos amasando a mano hasta que veamos que queda una masa elástica y no demasiado pegajosa. Si véis que la masa está muy pegajosa le podéis añadir un poco más de harina.  La verdad es que las cantidades no son exactas, al ir amasando ya vais viendo cómo está la masa y si le tenéis que añadir o no harina.

Dejamos reposar la masa una o dos horas en un bol tapada con un paño de tela.


Cuando haya reposado la masa ponemos una sartén con abundante aceite de oliva o de girasol (el que más os guste). Vamos cogiendo porciones de masa y la estiramos con un rodillo engrasado lo más finita que podamos. En la encimera donde estiremos también engrasamos con aceite para que no se pegue la masa.

Cuando el aceite esté caliente freímos las orejas dándoles la forma. En muchos sitios las hacen sin forma, pero en mi casa nos gusta ponerle forma de orejas, que por algo se llaman así. Sólo tenemos que sujetar por el centro unos segundos con dos utensilios de madera para que les quede la forma.


Vamos friendo y las vamos sacando a un plato con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite. Cuando estén un poco frías les echamos azúcar glass por encima y las vamos poniendo en una fuente. Si hacéis muchas y os sobran de un día para otro, os recomiendo que las guardéis en un recipiente hermético para que no les entre el aire. Yo como no tengo recipientes tan grandes, las tapo bien con un paño limpio o con un mantel y las meto en varias bolsas de plástico y así quedan crujientes varios días.


Ricas, ricas y súper viciosas, empiezas a comer y es un no parar.
Saludos.
Sé.

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