lunes, 18 de junio de 2018

Tarta de albaricoques y cerezas



Cuando tengo por casa frutas que me van quedando casi siempre les doy salida en los postres. El otro día hice una tarta de albaricoques y cerezas que la verdad es que quedó muy rica. La idea la saqué del libro que os comenté que me regalaron por mi cumple, el de novas lambetadas de Merchi Rodal. Es una tarta muy fácil de hacer, lo único que nos va a llevar un poco de tiempo es deshuesar la fruta, pero con un poco de paciencia lo haremos sin problema.

Ingredientes:

-1 masa quebrada
-2 huevos
-pizca de sal
-150 ml de nata
-1 cucharadita de vainilla (de las de postre)
-2 cucharadas de miel (de las grandes)
-1 cucharada de fécula de maiz
-1 o dos cucharadas de azúcar (opcional)

Elaboración:

Lo primero que tenemos que hacer es hornear la masa quebrada con algo que pese encima, como por ejemplo unos garbanzos. Eso sí, acordaros de poner un papel de horno encima de la masa antes de ponerle los garbanzos.

La hornearemos unos 15 minutos más o menos a 180º. Cuando esté lista la sacamos del horno y la dejamos enfriar un rato.

Mientras se hornea la masa les vamos sacando los huesos a los albaricoques y a las cerezas.

Vaciamos los garbanzos y colocamos la fruta encima de la masa quebrada como más nos guste.

En un bol batimos los dos huevos, le añadimos la nata y la cucharadita de vainilla. Mezclamos bien. Yo sólo le eché 100 ml de nata porque ese día no tenía más, la había utilizado para hacer fresas con nata montada. Pero es mejor echarle los 150 ml porque cubrirá un poco más la fruta.

Añadimos las dos cucharadas de miel y volvemos a mezclar bien.

Es el turno de la fécula de maíz (harina fina de maíz)

Echamos esta mezcla en una olla pasándola por un colador para quitar los grumos que hayan quedado.
 
Lo ponemos al fuego unos minutos  y removemos continuamente con unas varillas.

Cuando veamos que ya espesa apagamos el fuego y echamos esta mezcla encima de la fruta. 

Metemos al horno unos 20 minutos a 180/190º.

Cuando esté lista la sacamos del horno y le echamos un poco de azúcar por encima. Esto por supuesto es opcional.

Si tenéis un soplete de cocina quemáis el azúcar con él, pero como yo no tengo,  puse la tarta unos minutos a gratinar. Cuando la saqué del horno vi que el azúcar no se había quemado y entonces lo quemé un poco con un tenedor calentándolo en el fuego 😅

Quedó súper rica, os pongo la foto del corte. Estaba buenísima un poco templada y con un trocito de helado de vainilla, en fin... menudo vicio que tengo 😉


Saludos,
Sé. 
loquesecocinaencasa.blogspot.com

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